UN ANÁLISIS DE XAVIER CANALÍS
Hubo un tiempo en que, si Vilanova i la Geltrú salía en las noticias, era por su Carnaval, los artistas locales de proyección internacional, el xató, la Carpa Juanita, sus festivales musicales… Sin embargo, últimamente parece que la ciudad comienza a tener un serio problema de reputación.
Llueve sobre mojado. El incidente ocurrido el pasado domingo en la discoteca La Daurada (donde varios energúmenos se dedicaron a lanzar botellas y sillas) fue ampliamente difundido por redes sociales, webs y programas de televisión, añadiéndose a otras noticias anteriores de marcado cariz negativo sobre Vilanova i la Geltrú.
- Espectacular batalla campal en una discoteca de Vilanova i la Geltrú (El Periódico, 19 de abril de 2022)
- Batalla campal amb diversos ferits en una discoteca de Vilanova i la Geltrú (TV3, 19 de abril de 2022)
- Dos jóvenes en estado crítico tras una pelea en una discoteca de Vilanova i la Geltrú (Crónica Global, 15 de noviembre de 2021)
Cifras de delitos en VNG
El balance de criminalidad del año 2021 de Vilanova i la Geltrú muestra que el año pasado se produjeron en la ciudad un mayor número de intentos de homicidio, delitos sexuales y peleas respecto a 2020, según las cifras del Ministerio de Interior.
Por ejemplo, el año pasado se denunciaron 37 delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria, en comparación con los 24 sucesos similares del año anterior.
En cualquier caso, si comparamos las cifras de delitos denunciados en Vilanova i la Geltrú con otras localidades que tienen un número similar de habitantes, veremos que en general nos situamos en la media de criminalidad. Triste consuelo, pero es así.
Sin embargo, ¿Está Vilanova i la Geltrú poniendo los medios necesarios para responder al crecimiento de habitantes y a los innumerables retos que ello conlleva, por ejemplo, en todo lo relacionado con la seguridad?
¿Tenemos una plantilla de la Policía Local dimensionada no solo para los habitantes censados que tiene Vilanova i la Geltrú, sino también para toda la población flotante que recibimos en fines de semana y en verano? La respuesta es no. De hecho, la Policía Local solo cuenta con 95 agentes, los mismos que en 1992.

Recordemos que la población censada de la ciudad se ha consolidado por encima de los 67.000 habitantes. Incluso se prevé que Vilanova i la Geltrú podría llegar a los 86.000 vecinos hacia el año 2038, según un estudio demográfico elaborado por el Ayuntamiento.
Es cierto que la batalla campal en La Daurada del pasado domingo ocurrió dentro de la propia discoteca, pero el apuñalamiento del pasado noviembre ocurrió en el exterior. Además, los vecinos del barrio de Mar venían denunciando el deterioro de la seguridad en la zona desde hacía meses.
También en estos momentos, la Geltrú es una de las zonas de la ciudad donde existe una creciente sensación de inseguridad, principalmente durante las noches de fin de semana, según explican vecinas del barrio. Y es que, una vez bares y discotecas han cerrado sus puertas, la juerga en la calle prosigue con botellones e incluso con equipos de música portátiles, de modo que resulta imposible conciliar el sueño no solo por el ruido sino también por las peleas que surgen, gritos a altas horas de la noche, etc.
El pasado domingo fue una batalla campal dentro de una discoteca. Mañana puede ser otra pelea multitudinaria en plena calle.
Vilanova i la Geltrú tiene miedo a hacerse mayor, ¿pero con esta mentalidad no estaremos posponiendo medidas necesarias para dar respuestas al crecimiento de la población, que ya es un hecho?
Quizá seguimos aquejados por un curioso síndrome de Peter Pan: no queremos hacernos mayores. Muchos dicen: “Vilanova no debería crecer más”.
Pero francamente, ¿acaso somos una isla perdida en el océano donde el tiempo se ha detenido?
La realidad, mal que nos pese, es que las dinámicas de la gran Barcelona cada vez nos afectan más, para lo bueno y para lo malo. Sin ir más lejos, el precio de la vivienda en la capital del Garraf ha subido casi un 6% en el último año.
Y el problema de seguir negando la realidad es que varios asuntos que deberían recibir la máxima prioridad política se quedan en el cajón de los proyectos pendientes. No solo la seguridad. Por ejemplo, ¿Para cuándo el nuevo hospital?