Francisco Javier Vila Llobet, un rico empresario de Barcelona que en 1981 fue juzgado y condenado a 20 años de prisión por matar a su esposa, falleció el año pasado sin dejar testamento. Entre sus propiedades figuraban bienes inmuebles en Vilanova i la Geltrú. Debido a que era hijo único y no tuvo descendencia, la dirección general de Patrimonio de la Generalitat intenta localizar a familiares suyos en la capital del Garraf para verificar posibles derechos sucesorios.
Las propiedades inmobiliarias que Francisco Javier Vila Llobet tenía en Vilanova i la Geltrú habían pertenecido previamente a sus padres. Nacido en 1949, era hijo único. Su padre falleció cuando él tenía cinco años de edad.
Cuando tenía 17 años, su madre fue ingresada en un hospital psiquiátrico de Tarragona debido a ataques agudos de esquizofrenia.
Durante las frecuentes visitas al citado hospital psiquiátrico, Francisco Javier conoció a la enfermera que cuidaba a su madre. Se llamaba Aurora Braña Blanco, nacida en 1937 en Orense. Tras un noviazgo de tres años, la pareja contrajo matrimonio.
Cuando la madre fue dada de alta del hospital psiquiátrico, se fue a vivir a la casa de su hijo y su nuera durante cuatro años, aunque luego la madre se fue a vivir por su cuenta. El matrimonio no tuvo hijos.
Todos estos detalles de la vida personal de Francisco Javier Vila Llobet salieron a relucir durante el juicio que se celebró en noviembre de 1981 en la Audiencia Provincial de Girona, cuando se le juzgó por haber matado a su esposa el 9 de marzo de 1979 en su chalet de Lloret de Mar.

La crónica del juicio
Durante dicho juicio, se acreditó que la noche de autos el matrimonio había discutido en un restaurante y que la esposa regresó sola a la casa, un chalet llamado Villa Aurora.
Cuando el marido regresó a la vivienda una hora más tarde, se encontró a su mujer aún levantada y la golpeó con un palo repetidamente, matándola. Después metió el cadáver en el maletero del coche y lo tiró al fondo de un pequeño barranco.
No obstante, no marchó de allí inmediatamente, sino que bajó hasta el fondo del talud, rompió el sostén y las bragas de la mujer e intentó desfigurar su cara arrojándole una piedra de 20 kilos, quizá con la intención de simular una violación según apuntaron posteriormente las pesquisas policiales.
La crónica del juicio publicada en el diario El País en noviembre de 1981 explica que el cuerpo de la mujer fue descubierto al día siguiente por unos barrenderos y que cuando la Guardia Civil estaba intentando identificar el cadáver, Francisco Javier apareció allí y preguntó “¿Qué buscan? ¿Una mujer muerta?”. Y añadió, sin esperar respuesta: “Es mi esposa”. Inmediatamente, fue interrogado y pasó a ser considerado como principal sospechoso del crimen.


La sentencia recogió que el acusado estaba “afectado por una neurosis grave de carácter esquizoide, descontento de sí mismo y pendiente de su madre”
Durante el juicio, la defensa del acusado pidió su absolución, argumentando la “personalidad enfermiza del reo” y presentándolo como “víctima de una madre dominante y esquizofrénica”, explica la citada crónica.
De hecho, aunque la sentencia recogió que Francisco Javier estaba afectado “por una neurosis grave de carácter esquizoide, descontento de sí mismo y pendiente de su madre”, el tribunal consideró que en todo momento fue dueño de sus actos y le condenó a veinte años de prisión.
En el momento de ser juzgado, Francisco Javier Vila Llobet tenía 32 años, tenía el título de ingeniero y era vicepresidente de la empresa Industrias del Besós (compañía que había sido fundada en 1950 por su padre y su tío) y que en ese momento estaba regida por él mismo y sus primos, según informó el diario Los Sitios de Girona en una crónica del juicio.
Tras ser condenado en 1981 y cumplir la pena de prisión de 20 años, en la década de 2000 Francisco Javier Vila Llobet retomó su actividad profesional. En este sentido, auditorias del año 2007 de la empresa Industrias del Besós depositadas en la Corporación Nacional del Mercado de Valores acreditan que continuaba formando parte del consejo de administración de la compañía, cada vez más enfocada a la actividad constructora.
Sin embargo, en octubre de 2008, las agencias de noticias Europa Press y Reuters informaron que Francisco Javier Vila Llobet presentó su dimisión como consejero y vicepresidente en el consejo de administración de Inbesós. Tenía 59 años de edad. A partir de ese momento, no se encuentran más datos públicos sobre su vida.

Una misteriosa herencia en Vilanova i la Geltrú
La última pieza que conocemos de este puzzle es un edicto publicado a mediados de abril de 2023 por la dirección general de Patrimonio de la Generalitat de Catalunya / Subdirección general de Herencias.
En dicho edicto, se explica que la Subdirección General de Herencias “está tramitando un expediente administrativo abintestato a nombre del señor Francisco Javier Vila Llobet”, fallecido el 26 de febrero de 2022 en Barcelona, “siendo su último domicilio en la calle Iglesia, 42 de Alfoz de Lloredo (Cantabria)”.
Un abintestato es un procedimiento judicial sobre la herencia y adjudicación de bienes de quien ha fallecido sin dejar testamento.
Según recoge dicho edicto, “durante la fase de actuaciones preliminares para verificar los posibles derechos sucesorios que pudiera tener la Generalitat de Cataluña en la herencia de la persona causante, se ha tenido conocimiento de que, aunque el señor Francisco Javier Vila Llobet nació en Barcelona, es titular catastral de bienes en el municipio de Vilanova i la Geltrú“.
Según ha podido saber Vilanova.blog, los padres de Francisco Javier Vila Llobet habían tenido varias propiedades inmobiliarias en Vilanova i la Geltrú. Es probable que, al ser hijo único, dichos bienes fueran heredados directamente por él. Fuera cual fuera el motivo, decidió no desprenderse de esas fincas.
Los inmuebles que Francisco Javier Vila Llobet poseía en Vilanova i la Geltrú serían dos pisos y un almacén.
Una de las viviendas se encuentra en la Avinguda Francesc Macià y la otra está en la calle Josep Coroleu.
Si no aparecen herederos, las propiedades pasarán a manos de la Generalitat
Por otra parte, y según han confirmado a Vilanova.blog fuentes de la dirección general de Patrimonio, el expediente administrativo abintestato a nombre de Francisco Javier Vila Llobet actualmente se encuentra todavía en fase de actuaciones preliminares para intentar localizar a familiares del difunto, hasta el cuarto grado de consanguinidad, y para verificar los posibles derechos sucesorios que pueda tener la Generalitat en esta herencia.
De acuerdo con la normativa catalana en materia de sucesiones, hasta que no se descarte la existencia de herederos con mejor derecho la Generalitat no puede declararse heredera abintestato de una persona difunta, añaden las mismas fuentes.
De hecho, según informa el citado edicto, “de acuerdo con la legislación vigente en Cataluña en materia de sucesiones (Ley 10/2008, de 10 de julio, del libro cuarto del Código civil de Cataluña), la Generalitat de Cataluña sucede, en último lugar, a las personas con vecindad civil catalana a falta de familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad o de adopción, y del cónyuge viudo o del conviviente en pareja estable”.
Por dicho motivo, añade el edicto, “para descartar la posible existencia de familiares de Francisco Javier Vila Llobet en el término municipal de Vilanova i la Geltrú que pudieran ostentar un mejor derecho sobre su herencia que la Generalitat de Catalunya, se procede a abrir el plazo de un mes, desde del día siguiente de la exposición pública de este edicto en el tablón de anuncios del mismo Ayuntamiento, para que cualquier posible familiar de la persona causante, hasta el cuarto grado de consanguinidad, o persona que considere que tiene un mejor derecho para sucederle, presente alegaciones o aporte información, documentos u otros elementos de juicio, frente a la Dirección General del Patrimonio”.
El edicto en cuestión fue publicado en el tablón de anuncios del Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú el pasado 14 de abril, por lo que el plazo de tiempo para los posibles herederos está abierto hasta el 15 de mayo.