El 97% del agua que llega a Vilanova i la Geltrú procede de la planta de tratamiento de Abrera, es decir, del río Llobregat.

El abastecimiento de agua potable será uno de los problemas más graves a los que se enfrentará Vilanova i la Geltrú en los próximos años, según se desprende de un informe sobre adaptación al cambio climático en la capital del Garraf. Dicho documento recomienda que, debido a la escasez de lluvias en el futuro, será necesario construir una planta desalinizadora.

Y es que la ciudad apenas tiene capacidad para auto-abastecerse: en la actualidad, el 97% del agua que se distribuye por la red de suministro de Vilanova i la Geltrú procede del sistema Ter-Llobregat, tras pasar por las plantas de tratamiento de Abrera.

En cambio, “el consumo de recursos alternativos (agua freática, aguas pluviales, agua regenerada) es prácticamente inexistente en el municipio en la actualidad”, según indica el citado informe.

“La estrategia principal para reducir la vulnerabilidad del municipio en relación a la disponibilidad de agua debe ir encaminada a reducir su consumo y evitar las pérdidas, incrementando la eficiencia de la red de abastecimiento”, añade dicho documento.

Pozos sin usar

Hasta el año 2010, Vilanova había usado pozos, que entonces aportaban una cuarta parte del agua consumida en la ciudad.

Sin embargo, “la calidad del agua obtenida y el estado de las instalaciones hace que su uso no sea adecuado” hoy en día.


El agua de grifo que consumimos en Vilanova i la Geltrú procede del Ter-Llobregat ya que los antiguos pozos dejaron de funcionar en 2010


De momento, la empresa municipal Companyia d’Aigües de Vilanova “está trabajando para recuperar instalaciones para el consumo de agua freática de calidad y para diversificar las fuentes de abastecimiento”.

Urbanizaciones ilegales

En la actualidad, la Companyia d’Aigües abastece de agua potable a todo el núcleo urbano así como a diferentes zonas urbanizadas y polígonos.

No obstante, dentro del término municipal de Vilanova i la Geltrú también existen numerosas urbanizaciones ilegales en las afueras, que deben recurrir a agua de pozos.

100 LITROS POR HABITANTE Y DÍA.- El consumo de agua doméstica por habitante y día en la ciudad es de casi 100 litros por persona y día, mientras que el consumo total (incluyendo riego de zonas verdes, etc) llega a los 142 litros por habitante-día.

¿Y el Pantano de Foix?

Por otra parte, aunque el Pantano de Foix está a 10 kilómetros de la ciudad, sus aguas no podrían servir para ser conectadas a la red de suministro de agua potable de Vilanova i la Geltrú.

“Es necesario tener en cuenta que la calidad del agua que se embalsa en el pantano es baja, ya que la concentración de fósforo, nitratos y amonio es elevada“, apunta el informe.

El Pantano de Foix contiene una importante reserva de agua, pero su calidad es baja y solo se destina a usos agrícolas. Foto: Google

De hecho, una de las principales fuentes que suministra agua al pantano de Foix es la salida de agua tratada en la estación depuradora de aguas residuales de Vilafranca del Penedès, “de manera que los usos a los que se puede destinar este agua son reducidos y se usa exclusivamente para riego agrícola“.


El informe concluye que las fuentes de agua potable de que dispone Vilanova i la Geltrú más allá de la red Ter-Llobregat son “escasas”


En suma, aunque la prioridad del municipio es el ahorro del agua y evitar las pérdidas en la red de abastecimiento, el informe advierte sobre la necesidad de “diversificar las fuentes de agua potable” con el fin de disponer de dicho recurso “durante las épocas de escasez“.

El mar es una de las opciones que tiene Vilanova i la Geltrú para abastecerse de agua potable en el futuro. Foto: Kellie Churchman / Pexels

Planta desalinizadora

Cabe recordar que ya en el año 2008, durante una intensa sequía que afectó a la península Ibérica, se planteó la posibilidad de construir una nueva planta desalinizadora en el municipio cercano de Cunit.

El plan consistía en que dicha planta suministraría agua a las comarcas limítrofes. Sin embargo, el proyecto se paró en 2010.

Por todo ello, el informe propone que el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú “retome las conversaciones” con la Generalitat, la Agencia Catalana del Agua y otros organismos para “valorar conjuntamente” la necesidad de construir la planta desalinizadora, “especialmente en el contexto de cambio climático al que nos enfrentamos”.